La semana pasada tuve la oportunidad de volver a Honduras. Un testimonio que destacó entre muchos fue de una chica por la que había orado, pero que no recibió una manifestación inmediata. Le habían diagnosticado un mioma (un tumor).
Hace unos meses, pude orar por teléfono con ella, aunque no fue hasta semanas más tarde que recibió lo que quería, ¡sabía que solo Dios podía haberlo hecho! Llego a el hospital para que le operaran y quitaran el Mioma, pero ese día tuvo fiebre y le dijeron que regresara cuando estuviera mejor. Más tarde, en casa, sintió que algo le habia salido y cuando miro era el tumor. El tumor se había caído y todo el dolor tambien se fue. ¡Dios es asombroso!


Jesús murió en la cruz por su sanación, El ya lo hizo hace más de 2000 años y ¡lo único que ella tenía que hacer era recibirlo! Este no es el único testimonio que tuvo cuando he orado por ella, ¡pero esto fue grande! Además, su hija se había escapado de casa y nos pusimos de acuerdo en oración que la hija tendria convicción de Dios de regresar a casa. Efectivamente, unos días después, ella se dirigía de regreso a la casa. ¡Rosie está tan hambrienta y lista para recibir y Dios tiene todo lo que necesita! ¡Ella está aprendiendo atentamente cómo recibir y crecer y estoy muy emocionada de ver lo que Dios hará en su vida!